Nuestras aulas se transforman en un segundo educador acompañando el nivel de autonomía y aprendizaje que requiere cada niño.
Los rincones de aula son unos ambientes diseñados para que los niños y niñas jueguen y experimenten juntos a partir de unos materiales que por un lado despiertan su curiosidad y por la otra, los llevan a disfrutar plenamente de su instinto natural de descubierta. Detrás de cada rincón, de cada material hay una finalidad pedagógica que el niño vive e integra a partir del juego, de la relación con los iguales y del acompañamiento del adulto.
Un aula de 4 meses hasta 1 año debe atender a los niños a nivel motriz y a nivel sensorial. Trabajamos con espacios blandos, muebles específicos y con cestas de los tesoros donde hay materiales diferentes que provocan las primeras descubiertas y la estimulación de todos los sentidos.
A partir de 1-2 años, estos espacios empiezan a responder a la necesidad de más movimiento e incorporamos propuestas de juego heurístico, que requieren más coordinación motriz. También provocamos el trabajo de la coordinación óculo-manual y la psicomotricidad fina a través de rincones específicos de habilidad manual.
A partir de 2-3 años toma más relevancia el juego simbólico, los mini mundos, las construcciones, etc. Aún conservamos algún rincón blando pero con el fin de que los niños y las niñas encuentren un lugar donde relajarse y poder manipular los álbumes ilustrados y cuentos.